Si estás buscando empleo activamente - como es mi caso - ya te habrás dado cuenta de las posibilidades que la web te ofrece a la hora de "venderte". Es obvio que los trabajadores somos más que un currículum en el que, por mucho que aportes, no puedes explicar todo tu potencial. Las cartas de presentación también se quedan cortas: en unas líneas es imposible expresar todo lo que puedes ofrecerle a la empresa y por qué debe contratarte a ti y no a otro. Internet, sin embargo, te abre un gran número de posibilidades para que vean, de un vistazo, tu profesionalidad.

Después del parón navideño con nuevo trabajo temporal incluido, volvemos a la rutina, a los nuevos propósitos y a buscar la salida a la crisis con nuevas iniciativas. Si eres de los que se marcan objetivos con las campanadas, tal vez hayas pensado en comenzar un nuevo yo virtual en las redes sociales. Tras el boom de Facebook, la estrella de 2011, sin duda, ha sido Twitter, la red del pajarito que juega con la inmediatez y la comunicación constante con todo el mundo. Pero, ¿realmente necesitas esta red? ¿Estás dispuesto a comenzar tu relación con esta herramienta social?