Va de cine

sábado, enero 29, 2011

Está muy revuelto el ambiente. Con nubes tormentosas a lo largo del horizonte. Nubes que no sabemos si se irán o descargarán su ira desluciendo el espectáculo. Porque no es más que eso, espectáculo enredado en una industria que no se adapta a los nuevos tiempos. Mientras que unos intentan, valientemente, salir del sistema, otros se afanan en apagar las voces disidentes e imponer la ley del "siempre ha sido así". Si siempre hubiese regido esta norma, no estaríamos donde estamos. Los tiempos cambian. La tecnología avanza y el consumo también. Las formas de ver cine ahora no son las mismas que hace cien años, afortunadamente. Igual que tampoco es lo mismo la forma de consumir televisión, música... La vorágine del sistema nos atrapa y nos hace vivir frenéticamente. Ya no tenemos tiempo (o al menos yo no lo tengo, que me expliquen como se consigue) de irme a un parque a leer todos los días, como hacía antes. Ya no tengo tiempo de informarme tranquilamente con el telediario de las tres de la tarde, y a veces, ni con el de las nueve de la noche. Tengo que recurrir a otros métodos que me permitan mantenerme al día en el momento en el que pueda detenerme dos segundos en mi rutina. Ya no puedo aguantar el ritmo impuesto por la televisión, en la que los 40 minutos de una serie se alargan hasta las dos horas por culpa de la publicidad.

Y ahí está el fallo, según mi humilde punto de vista. En que no cambiamos. No queremos adaptarnos. Y nos empeñamos en echarle la culpa a los demás. Internet tiene la culpa de la decadencia del cine español dicen algunos. Otros van más allá, como Óscar Jaenada, que ataca al doblaje. Vino a decir en una entrevista, que si no se doblasen películas, la gente tendría que ir, por cojones narices a ver cine español. Porque iba a ser el único que entendía. O sea, que encima de todo, somos unos analfabetos. Que entre ver Piratas del Caribe o ver Mentiras y Gordas, por la simple barrera del idioma yo voy a escoger la española, ¿no? ¿Y por qué no hace usted películas de calidad, como defendió Álex de la Iglesia? ¿Por qué no, si la gente pide acción y piratas y explosiones... no le damos eso?

Hablando de Álex de la Iglesia, preveo que nos vamos a encontrar una gala de los Goya similar a aquella de 2004. Sólo que en lugar de pegatinas con el 'No a la guerra' habrá muchas narices rojas. Ojalá las haya. Siguen haciendo falta payasos que nos alegren el día y nos abran los ojos.

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